lunes, 29 de julio de 2013

El Corchal, el secreto mejor guardado de la península



Publicado en www.visitmexico.com


Si bien es cierto que en Cancún se encuentran los mejores hoteles, playas y discotecas, también lo es que este destino ofrece mucho más que eso. Quizá para conocer los tesoros naturales más bellos de la zona sea preciso indagar un poco y no conformarse con lo que ofrece la mayoría de operadores turísticos.

Quizá quieras vivir una experiencia diferente y empaparte de naturaleza. Si este es el caso visita El Corchal, una reserva ecológica asentada en el norte de Quintana Roo, a unas dos horas y media de Cancún. El trayecto es largo pero bien vale la pena: podrás conocer uno de los ecosistemas más asombrosos y poco explorados de México.

La reserva se encuentra en el poblado de Solferino, muy cerca de la paradisiaca isla Holbox. Si decides ir, José Quintal, mejor conocido como don Pepe, te estará esperando afuera de su camioneta tipo pick-up para adentrarte 12 kilómetros en la espesa selva. El recorrido hacia El Corchal es en sí mismo una experiencia; Don Pepe es un maestro en el arte de contar historias y no escatimará en compartir sus vivencias contigo.

Quizá te platique cómo descubrió el lugar y decidió preservarlo y compartirlo con la gente, abriendo caminos y obteniendo una certificación oficial para que fuera considerado un área protegida. O tal vez al caminar entre la selva te cuente la historia del pavo de monte, que hace muchos años pidió prestado su plumaje al pujuy para asistir a una fiesta y nunca lo devolvió, o de los árboles del chechén y el chacá, el primero venenoso y el segundo curativo, que crecen siempre juntos.

Seguramente te hablará de los aluxes, los míticos duendecillos mayas que resguardan los bosques y que a veces hacen travesuras. Después de una caminata entre árboles y troncos resbaladizos –puedes elegir entre dos senderos, uno largo y otro más corto– llegarás a un muelle pequeño de madera en cuya orilla se encuentran varias canoas embarcadas. Entonces comienza la mejor parte de la aventura: tendrás que remar entre un sinfín de eneas –plantas acuáticas que forman densas colonias– hacia lo que parece desde lejos un simple matorral, pero es en realidad uno de los ecosistemas más sorprendentes de México.
 
En El Corchal navegarás entre canales y podrás admirar los singulares árboles de corcho, que te sorprenderán con sus formas extrañas. En este espacio reina el silencio, sólo interrumpido de vez en vez por el cantar de las aves. Es tal la quietud percibida que Don Pepe afirma: “Para mí es terapéutico venir. Me permite sanar, estar bien conmigo mismo. Aquí entro con preocupaciones y salgo como si acabara de nacer”. Si observas con cuidado, podrás ver bromelias, orquídeas, cactos, hongos pegados en los troncos de los árboles, caracoles, peces y decenas de aves como codornices, carpinteros o incluso tucanes. Con un poco de suerte podrás visitar la laguna contigua; las eneas son caprichosas y a veces impiden el paso.

Según don Pepe, el mejor momento del día para visitar este sitio es la mañana, muy temprano. “Entonces la naturaleza está más despierta, hay más actividad”, afirma. Existe mayor posibilidad de que contemples animales como monos araña, monos aulladores, venados u hocofaisanes. El parque abre desde las 6:00 y cierra a las 16:00, cuando aún hay luz suficiente para regresar al pueblo.


¿Te quedaste con ganas de más aventura? El parque ecológico también cuenta con una torre de observación de 20 metros de altura y un circuito de tirolesas. De regreso en el poblado de Solferino, antes de irte, date una vuelta por el orquidario y admira la enorme ceiba, el legendario árbol sagrado maya de más de 100 años de edad.

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