Publicado en www.visitmexico.com
Si bien es cierto que en Cancún se encuentran los mejores hoteles, playas y discotecas, también lo es que este destino ofrece mucho más que eso. Quizá para conocer los tesoros naturales más bellos de la zona sea preciso indagar un poco y no conformarse con lo que ofrece la mayoría de operadores turísticos.
Quizá quieras vivir una experiencia diferente y empaparte de
naturaleza. Si este es el caso visita El Corchal, una reserva ecológica
asentada en el norte de Quintana Roo, a unas dos horas y media de Cancún. El
trayecto es largo pero bien vale la pena: podrás conocer uno de los ecosistemas
más asombrosos y poco explorados de México.
La reserva se encuentra en el poblado de Solferino, muy
cerca de la paradisiaca isla Holbox. Si decides ir, José Quintal, mejor
conocido como don Pepe, te estará esperando afuera de su camioneta tipo pick-up
para adentrarte 12 kilómetros en la espesa selva. El recorrido hacia El Corchal
es en sí mismo una experiencia; Don Pepe es un maestro en el arte de contar
historias y no escatimará en compartir sus vivencias contigo.
Quizá te platique cómo descubrió el lugar y decidió
preservarlo y compartirlo con la gente, abriendo caminos y obteniendo una
certificación oficial para que fuera considerado un área protegida. O tal vez
al caminar entre la selva te cuente la historia del pavo de monte, que hace
muchos años pidió prestado su plumaje al pujuy para asistir a una fiesta y
nunca lo devolvió, o de los árboles del chechén y el chacá, el primero venenoso
y el segundo curativo, que crecen siempre juntos.
Seguramente te hablará de los aluxes, los míticos
duendecillos mayas que resguardan los bosques y que a veces hacen travesuras.
Después de una caminata entre árboles y troncos resbaladizos –puedes elegir
entre dos senderos, uno largo y otro más corto– llegarás a un muelle pequeño de
madera en cuya orilla se encuentran varias canoas embarcadas. Entonces comienza
la mejor parte de la aventura: tendrás que remar entre un sinfín de eneas
–plantas acuáticas que forman densas colonias– hacia lo que parece desde lejos
un simple matorral, pero es en realidad uno de los ecosistemas más
sorprendentes de México.
En El Corchal navegarás entre canales y podrás admirar los
singulares árboles de corcho, que te sorprenderán con sus formas extrañas. En
este espacio reina el silencio, sólo interrumpido de vez en vez por el cantar
de las aves. Es tal la quietud percibida que Don Pepe afirma: “Para mí es
terapéutico venir. Me permite sanar, estar bien conmigo mismo. Aquí entro con
preocupaciones y salgo como si acabara de nacer”. Si observas con cuidado,
podrás ver bromelias, orquídeas, cactos, hongos pegados en los troncos de los
árboles, caracoles, peces y decenas de aves como codornices, carpinteros o
incluso tucanes. Con un poco de suerte podrás visitar la laguna contigua; las
eneas son caprichosas y a veces impiden el paso.
Según don Pepe, el mejor momento del día para visitar este
sitio es la mañana, muy temprano. “Entonces la naturaleza está más despierta,
hay más actividad”, afirma. Existe mayor posibilidad de que contemples animales
como monos araña, monos aulladores, venados u hocofaisanes. El parque abre
desde las 6:00 y cierra a las 16:00, cuando aún hay luz suficiente para
regresar al pueblo.
¿Te quedaste con ganas de más aventura? El parque ecológico
también cuenta con una torre de observación de 20 metros de altura y un
circuito de tirolesas. De regreso en el poblado de Solferino, antes de irte,
date una vuelta por el orquidario y admira la enorme ceiba, el legendario árbol
sagrado maya de más de 100 años de edad.
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