sábado, 3 de agosto de 2013

Parto natural: conoce sus beneficios físicos y emocionales

Publicado en terra.com.mx

Cortesía de Mara Montes

Una mujer embarazada acude a revisiones médicas y le dicen que todo está bajo control, que no hay nada de qué preocuparse. El médico le asegura que tendrá un parto natural y le da una fecha aproximada. Sin embargo, a la hora del parto surge una complicación y se decide llevar a cabo una cesárea. La madre nunca supo a qué se debió tal cambio de planes, y no tuvo más remedio que confiar en la opinión del médico. ¿Te suena familiar esta situación?

La cesárea se ha vuelto tan común que ahora nos parece tan normal como un parto natural, pero no lo es. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el porcentaje de nacimientos por cesárea debería oscilar entre 10 y 15; sin embargo, en México la cifra alcanza 45 por ciento. De acuerdo con el Observatorio de Política Social y Derechos Humanos en instituciones privadas la cifra llega a 68.



De regreso a las raíces

Ante estas cifras alarmantes muchas mujeres han decido informarse para evitar en lo posible someterse a una cesárea.  “No creo que tener un parto natural sea una elección. Si tenemos conciencia de que somos mamíferos sabremos que así toca parir y así toca nacer. No niego la importancia de la medicina en casos en que el parto implique riesgos para el bebé o la madre, pero no son tantos. Yo me informé y me convencí de que si el embarazo se desarrolla con normalidad, no se abre siquiera la duda de elegir parto natural o cesárea”, explica Mara Montes, antropóloga de 36 años y quien ha tenido dos partos naturales en la comodidad de su casa.

Para prepararse, Mara y su esposo, Rodrigo, asistieron a un curso psicoprofiláctico impartido en CEPAPAR (Centro de Preparación para el Parto). En este sitio se ofrecen clases a parejas embarazadas que buscan partos naturales: cada sesión incluye una rutina de ejercicios, técnicas de relajación y una clase teórica. Allí trabaja desde hace casi 40 años Gloria Rivas, médico general y especialista en homeopatía. “Aquí las madres y los padres conocen el proceso de embarazo; aprenden a reconocer las cosas que son normales y también a saber cuando algo no está funcionado de manera adecuada”.



Información y autoconocimiento, la clave para un parto natural

Cortesía de Mara Montes
“El objetivo de los cursos es que la mujer conozca su cuerpo y todo lo necesario para poder parir. Aquí las futuras madres aprenden qué deben comer, qué ejercicios realizar, qué cambios va a tener su cuerpo, cómo ayudarse con la respiración, cómo manejar las contracciones para que no las tomen por sorpresa, cómo distinguir un sangrado normal de uno que no lo es e incluso los cuidados del bebé. Creemos que es importante que la mujer sepa las cosas que pueden suceder durante el embarazo y cómo reaccionar ante ellas”, explica Gloria.

Por otra parte, Mara comenta: “Yo he tenido dos partos naturales. Me informé, encontré libros y grupos de preparación para el parto y tomé el curso en CEPAPAR, donde encontré mujeres con muchísima experiencia fomentando partos respetados. Aprendí más sobre la importancia de parir sin miedo, sin intervenciones quirúrgicas, en la intimidad, sin mucha luz...”.

Mara decidió tener un parto en casa, acompañada por Gloria (la partera), una ayudante, una doctora y su esposo. “Mi primer parto fue un poco pesado porque mi hija pesaba más de 4 kilos, tenía el cordón alrededor del cuerpo y del cuello, y el puño atorado con el cordón junto a la carita. Sin duda, un médico que no creyera en mi poder de parir habría sugerido una cesárea. Pero de haber estado anestesiada probablemente no habría podido pujar y ayudar a mi bebé a salir”, asegura.



Beneficios para el cuerpo (y el espíritu)

Las madres que tienen partos naturales, sin anestesia ni medicamentos, experimentan una recuperación mucho más rápida, casi inmediata. Lo único que necesitan es descansar. Por el contrario, las mujeres que se someten a cesáreas se recuperan en un periodo de dos semanas, tiempo en que no pueden realizar esfuerzos y sienten dolor. “Es curioso: muchas mujeres prefieren tener una cesárea para evitarse molestias en el trabajo de parto, pero las trasladan así al posparto”, comenta Gloria.

¿Y en cuanto a las emociones? “Después de cada parto mi sensación de empoderamiento fue total. Ahora me siento fuerte, orgullosa, poderosa. Creí en mi cuerpo, en la sabiduría de la naturaleza, en mi aprendizaje, en la seguridad que me dio tener un compañero que tampoco dudara ni un segundo de esas capacidades. A mi hija mayor le cuento siempre la historia de cómo nació. Le encanta oír que le di la bienvenida, que nos miramos a los ojos por primera vez. Quisiera que mis hijas crezcan como mujeres sin miedos, y que si deciden hacerse madres, lo hagan también así, sin miedo”, cuenta Mara.

Por supuesto, habrá casos en que la cesárea sea estrictamente necesaria. “Tendrá que hacerse si la mujer tiene problemas de preclampsia, placenta previa, el bebé viene atravesado… pero esto se puede saber desde antes. Algunas veces las complicaciones surgirán en el trabajo de parto, sin que la mujer pueda reconocerlas. Por eso es indispensable elegir un médico en el que se pueda confiar totalmente”, puntualiza Gloria.




Más información: http://www.cepapar.org.mx/

Irrumpe la Marcha de las Putas en la Ciudad de México

Publicado en Desinformémonos el 01 de julio de 2011

Buscando “difundir nuestra inconformidad, criticar esta realidad y construir otra”, miles de personas marcharon en diversas ciudades de México y el mundo para exigir respeto e igualdad para las mujeres.




México, D.F. “Quiero poder caminar sin miedo por las calles de esta ciudad, esté vestida como esté vestida”, dice María Isabel, de 19 años, mientras sostiene un cartel con la frase “Este cuerpo es mío”. María Isabel es una de las miles de mujeres que se manifiestan en la emblemática Marcha de las Putas, que se ha llevado a cabo en diferentes ciudades del mundo.



12 de junio de 2011. Es la una y media de la tarde y la Glorieta de la Palma, situada sobre Avenida Reforma, se llena poco a poco de mujeres y hombres de todas las edades. Algunas de ellas visten con
medias, tacones y minifaldas, unas incluso llevan puestos babydolls, pero la mayoría va vestida con ropa de calle. Las pancartas comienzan a aparecer; muchas y muchos sostienen cartulinas donde han escrito consignas como “No más violencia hacia las mujeres” y “No es No”, el lema de esta marcha que tiene como fin hacer escuchar la voz de las mujeres en una sociedad preponderantemente machista.

El grupo, conformado por unas cien personas, comienza a avanzar por la calle. En el camino se unen cientos de personas más –mujeres jóvenes, de mayor edad, madres con sus hijas y también muchos varones– que exigen en voz alta respeto a las mujeres. “Exijo que dejen de verme como un objeto, de hostigarme en los lugares públicos, en el metro”,

En distintos momentos la marcha toma aires de fiesta: un colectivo travesti y transgénero canta a todo pulmón “Tiempo de Híbridos”, de Rockdrigo González, mientras un grupo de mujeres se divierte improvisando rimas de protesta y organizando “la ola”. Otro grupo conformado por hombres y mujeres, que se da a conocer con el nombre de “Los Poliamorosos”, sostiene mantas y se une a los cantos. Entre ellos está Mariana, de 26 años. “Creo que este movimiento critica la relación hombre-mujer en la cotidianeidad, así como la relación que sostenemos con nosotras mismas. En ese sentido, tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida, a atrevernos a decir no a lo que no queremos, como a los códigos de vestimenta, de conducta, así como a decidir de qué forma queremos relacionarnos con los demás”, y añade, “esta protesta es parte de una más grande, que es contra un sistema que genera todas las desigualdades; por eso vemos tantas manifestaciones hoy día en lugares tan distintos, y por motivos tan diversos aunque relacionados entre sí. Hay que difundir nuestra inconformidad, criticar esta realidad y construir otra. Por eso estoy aquí”, finaliza Mariana.


Una consigna que trasciende fronteras

La primera “Marcha de las Putas” tuvo lugar el 3 de abril de este año en Canadá, cuando cientos de mujeres caminaron por las calles de Toronto para protestar contra los comentarios ofensivos de Michael Sanguinetti, representante de la policía de esa ciudad. En una plática de seguridad que dio en una universidad canadiense, el policía recomendó a las mujeres “no vestirse como putas” si querían evitar ser atacadas sexualmente.

El llamamiento a luchar contra la misoginia se extendió a varios estados de Canadá, y posteriormente a Estados Unidos y países de Latinoamérica, entre ellos México. En este país, gracias a una convocatoria realizada por medio de las redes sociales, miles de mujeres y hombres marcharon en el Distrito Federal, en Puebla, Oaxaca, Guadalajara y Cancún.


Y, ¿qué sigue?


Esta protesta forma parte de un movimiento mucho mayor en favor de una sociedad libre de prejuicios. Al respecto, un usuario de Facebook escribe en el muro de la marcha: “La tarea es laboriosa y a largo plazo, pero si no actúo desde hoy, ¿con qué argumentos pediré mañana que cambien las cosas? El verdadero reto es la constancia”.

Entrevista a Patch Adams: "El humor puede cambiar el mundo"

Publicada en terra.com.mx




Este simpático personaje es mucho más que un hombre vestido de manera chistosa. Patch Adams es un verdadero revolucionario en el campo de la medicina.


Una mirada basta para saber que Patch Adams no es un doctor cualquiera. Con una camisa saturada de colores y formas, unos pantalones fosforescentes y unos tenis no menos llamativos, entra en el cuarto donde dará su conferencia y lo inunda con su presencia. Se para enfrente de nosotros para vernos, nos explora uno por uno, y después exclama: "¿Qué se supone que tengo que decir? ¿No van a preguntarme nada?". Así de sencillo e irreverente es.

La historia de Hunter Doherty Adams se dio a conocer principalmente por una cinta de Hollywood inspirada en su vida y protagonizada por Robin Williams. "Muchos me conocen por esa película", platica. "Pero únicamente me muestra como un doctor divertido, como alguien con muy buen humor, y yo soy más que eso".

Sin duda lo es: Patch, como se le conoce cariñosamente, ha estado involucrado en diversos movimientos sociales contra las guerras y el hambre. De hecho, mientras estudiaba en la universidad participaba activamente en las protestas contra la guerra de Vietnam. "Pero la película no muestra nada de eso", se lamenta.

Después de hacer una demostración de sus juguetes favoritos –un aparato usado por los dentistas para abrir la boca de sus pacientes, una bolsa que simula gases y un moco artificial– comienza a hablar sobre su experiencia, aunque sin caer en la solemnidad.

"Para mí es importante pasar tiempo de calidad con mis pacientes. Las entrevistas duran de 3 a 4 horas y les pregunto de todo. No hay nada de ellos que no me interese saber. Los doctores convencionales preguntan sólo lo básico para poder 'curar'. Pero ¿de qué sirve curar a alguien de un tumor si va a seguir descontento con su vida?". Y entonces hace una afirmación aterradora: "sólo 5 por ciento de la gente que trato está contenta con su vida. A la gran mayoría no le gusta su matrimonio, odia su trabajo, no se gusta a sí misma. No está viviendo, está lidiando con la vida".

Para este divertido doctor –quien dirige el Instituto Gesundheit!, dedicado a ayudar a los pacientes a sobrellevar sus enfermedades de la forma más divertida posible– el principal motor del cambio es el amor. "Para mí la riqueza yace en llevar una vida a amable, generosa y amistosa. Si tienes comida y un amigo, ¿de qué te quejas?".

¿Lo primero que hay que hacer para lograr un cambio en el mundo? Ser bondadosos en nuestra vida diaria. “El amor y la bondad son dos sentimientos básicos para el ser humano. Y aun así, ninguna escuela los enseña. Estamos tan alejados de la bondad que tenemos que hacerla nuestro objetivo. ¿Y dicen que yo soy el extraño?".