Publicada en Terra.
Las Guerrilla Girls están convencidas de que llevar su
mensaje a la gente es mucho más fácil si se valen de la burla y la ironía.
La mayoría de nosotros asocia el término “feminismo” con
solemnidad, libros aburridos o debates en aulas. Pero existe otra cara del
feminismo que no tiene nada de serio o aburrido. Las integrantes del colectivo
neoyorkino Guerrilla Girls están convencidas de que llevar su mensaje a la
gente es mucho más fácil si se valen de la burla y la ironía. Estas chicas se
reunieron en 1985 con el fin de denunciar el desequilibrio de género de los
artistas representados en galerías y museos; sin embargo, ahora han expandido
su denuncia a la industria del cine, la cultura popular y los medios en
general.
Su nombre es resultado de un juego de palabras divertido
(como todo lo que hacen): las tácticas de guerrilla que emplean para protestar
y la palabra “gorila”, pues para mantener su anonimato esconden sus rostros
bajo máscaras de estos simios. Tal ha sido su notoriedad que ya cuentan con
imitadoras en todas partes del mundo. En Terra platicamos con ellas sobre
feminismo, su público y cómo se divierten haciendo activismo.
¿A quién va dirigido su mensaje? ¿Mujeres oprimidas, hombres
machistas, ambos?
“Nuestro
mensaje va dirigido a quien quiera escucharlo. Uno de nuestros objetivos es
llegar a personas que no necesariamente estén de acuerdo con nosotras. Buscamos
transformarlas, hacer que cambien de parecer. Algunas veces dedicamos nuestras
presentaciones a las personas de la audiencia que dicen que no son feministas.
Nos hemos dado cuenta de que el humor es de gran ayuda; hacer reír a la gente
es el primer paso”.
Las Guerrilla Girls con Yoko Ono |
Algunos de sus críticos afirman que sus acciones contemplan
sólo a la clase media educada y no a la clase trabajadora. ¿Qué piensan al
respecto?
“El mundo del arte y el mercado artístico se han convertido
en un instrumento del 1 por ciento. Nosotras atacamos ese sistema todo el
tiempo. Pero el arte y la cultura son mucho más grandes que ese grupo pequeño.
Nunca asumimos que conocemos quiénes son nuestros espectadores o qué piensan.
Realizamos mucho de nuestro trabajo en la calle y todo tipo de personas lo ven;
cada año recibimos miles de cartas de todo el mundo, de gente de 8 a 80 años,
de cualquier campo o camino de la vida, diciéndonos que la hemos inspirado a
iniciar su propio activismo”.
¿Qué piensan del grupo feminista Femen?
“Esas mujeres
son inteligentes y transgresoras. Los medios usan la desnudez para hacer de las
mujeres un objeto, y ellas usan su propia desnudez para expresar su poder. ¡Y
siempre obtienen publicidad! Han sido muy exitosas organizando acciones
internacionales, como la del Parlamento Español el año pasado contra las leyes
del aborto, la manifestación contra el tráfico sexual en la Copa Mundial y, por
supuesto, todas las acciones que han llevado a cabo contra la jerarquía
masculina de la Iglesia”.
¿Admiran algún grupo feminista en particular? ¿Quién es su
fuente de inspiración?
“Apoyamos a todos los grupos feministas que luchan por los
derechos básicos de las mujeres: derecho a la educación, igualdad en el mercado
laboral, derechos reproductivos totales, libertad del abuso y la explotación
sexuales… Nos parece extraño que el feminismo no sea respetado como debiera, y
que la gente que crea en la equidad de género se niegue a llamarse ‘feminista’.
Esto sucede sobre todo en Estados Unidos, donde mucha gente tiene la idea mal
concebida de que el feminismo consiste en odiar a los hombres. Amamos a los
hombres. ¡Sólo que nos gustaría que más de ellos se convirtieran en feministas!
También nos sentimos muy inspiradas por la fortaleza de Pussy Riot, quienes no
se han acobardado o intimidado al estar en la cárcel, tal como Putin esperaba.
En lugar de eso, se han vuelto inmunes al miedo”.
¿Qué opinan de la situación de las mujeres en América
Latina?
“Estuvimos en México en 2006 y 2013, en Argentina y Brasil
en los noventa y volvimos a Brasil en 2010. Queremos entablar más relaciones en
América Latina, pues todos compartimos una historia colonial que produjo formas
únicas de patriarcado, que oprimió a los indígenas tanto como a las mujeres”.
¿Qué ha sido lo
más emocionante que han hecho?
“Tenemos muchas
anécdotas. El año pasado en Londres Yoko Ono nos invitó a hacer un enorme
cartel feminista para la calle; se llamó ‘La Bomba de Estrógeno’. Además nos
invitó a participar en un fin de semana activista de talleres y pláticas que
formaron parte del Meltdown Music Festival. Fue genial bailar en los pasillos
con miles de fanáticos, y ahí estaba Yoko en el escenario, tocando música
durante dos horas y celebrando su cumpleaños número 80. Te amamos, Yoko”.